miércoles, 27 de agosto de 2014

Al final del Cosmos

                                                         
¿Cómo logramos nosotros –criaturas diminutas que vivimos en esta mota de polvo- siquiera imaginar cómo enviar naves espaciales entre las estrellas de la Vía Láctea? Hace unos cuantos siglos -apenas un segundo en el tiempo cósmico- no sabíamos nada sobre donde nos encontrábamos… indiferentes al resto del cosmos. Habitábamos en una especie de prisión,  un universo diminuto contenido en una cascara de nuez, ¿Cómo escapamos de esa prisión?
Fue el trabajo de generaciones de buscadores, quienes se tomaron a pecho 5 reglas sencillas:
Cuestionen la autoridad: ninguna idea es verdadera solo porque alguien más lo dice (y eso me incluye a mí).
Piensen por sí mismos; cuestiónense a sí mismos.
No crean en algo solo porque quieren creer, creer en algo no lo hace verdadero.
Prueben sus ideas mediante la evidencia obtenida de la observación y la experimentación; si una idea favorita falla una prueba bien diseñada, está equivocada, supérenlo. Sigan la evidencia hasta donde esta los lleve, si no tienen evidencia, reserven su juicio. Y casi lo más importante de todo, ustedes… podrían equivocarse. Todos los mejores científicos se equivocaron respecto a algunas cosas, Newton, Einstein, y todos los demás científicos de la historia, todos cometieron errores, por supuesto que lo hicieron, eran humanos.
La ciencia es una forma de evitar engañarnos a nosotros mismos, y a los demás.
Los científicos han conocido el “pecado”, por supuesto. Hemos usado mal la ciencia, igual como lo hemos hecho con todas las herramientas a nuestra disposición, y por eso no podemos darnos el lujo de dejarla en las manos de unas cuentas personas poderosas, mientras más nos pertenezca la ciencia a todos, menos probable es que la usemos mal.
Estos valores, debilitan el atractivo del fanatismo y la ignorancia. (…)  Porque la verdad importa, y nuestra imaginación palidece, comparada con la realidad asombrosa de la naturaleza.
   Quiero saber que hay en esos lugares oscuros,  y lo que paso antes del bing-bang, quiero saber que hay más allá del horizonte cósmico,  y como inicio la vida, ¿hay otro lugar en el cosmos donde la materia y energía cobraron vida y conciencia? Quiero conocer a mis ancestros, a todos ellos. Quiero ser un eslabón fuerte y sólido en la cadena  de las generaciones, quiero proteger a mis hijos y descendientes de épocas venideras.
Nosotros que encarnamos los ojos, oídos, pensamientos y sentimientos locales del cosmos, empezamos  a conocer la historia de nuestros orígenes,  la materia estelar, a contemplar la evolución de la materia, y a trazar ese camino largo por el que llegamos a la consciencia.
Los seres vivientes de este planeta llevamos un legado de evolución cósmica que se extiende por miles de millones de años, si tomamos enserio ese conocimiento, y llegamos a conocer y amar la naturaleza como es en realidad, con seguridad nuestros descendientes nos recordaran como eslabones fuertes y sólidos en la cadena de la vida y nuestros hijos, continuaran con esa búsqueda sagrada, y verán por nosotros así como nosotros vemos  por quienes nos precedieron, y descubriremos maravillas aun insospechadas…. En el Cosmos.
Neil DeGrasse Tyson al final del último capítulo de Cosmos.

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