(Nota: Nos referiremos sólo al posmodernismo como
corriente filosófica.)
Es difícil
caracterizar al posmodernismo, pues cada
autor posmoderno difiere de los otros y, aunque traten el mismo tema, pueden
llegar a decir cosas totalmente diferentes, e incluso contrarias, al punto que
no se entienden entre ellos –y a veces, ni siquiera se entienden a sí mismos.
Las principales
características del pensamiento posmoderno
son el relativismo, la irracionalidad y la crítica a los valores de la
Ilustración -y al cientificismo-, los abusos del lenguaje, la falta de
fundamento y el mal uso de terminología
científica –cuyo significado, a menudo, ignoran- y, a veces, un cierto disfraz de izquierda
política.
Por ejemplo, Lacan
mezclaba su "ciencia" con topología, matemáticas y lógica;
Baudrillard, con la geometría; Deleuze, con la física, la botánica y la
pseudociencia del psicoanálisis; Virilio, con la física relativista; etc. Pero todos tienen algo en común: no sabían de qué
hablaban, ni conocían los conceptos que empleaban.
Es una especie de
“opinología” sobrevalorada, o un horrendo género literario para snobs y
pseudointelectuales.
Origen.
Si bien el primer
posmodernista es Nietzsche (o Hegel), tanto por su crítica a los valores
occidentales, y a la Ilustración, como por su estilo oscuro y literario, la manía de amontonar palabras
altisonantes puede rastrearse hasta los teólogos medievales. Aunque la filosofía y la ciencia pueden ser
arduas en tanto emplean conceptos no comunes, hay un límite entre el uso lícito
de esos conceptos, y su utilización para impresionar a un auditorio ingenuo, o
disfrazar de importancia la estupidez que uno está diciendo.
Este abuso se sirve
de varias estrategias de desinformación como:
1-
La expresión ambigua y vaga, que puede
ser objeto de una múltiple interpretación.
2-
El alargamiento innecesario de
palabras o frases.
3-
El sesquipedalismo o alargamiento de
palabras: por ejemplo “concretizar” por “concretar”.
4-
El uso indiscriminado de términos
técnicos: esto puede deberse a 4 razones:
A- Parasitar el
prestigio de la ciencia, pretendiendo que, por usar su vocabulario, nuestro
texto de convertirá, mágicamente, en ciencia.
B- Impresionar al auditorio, dando a
entender que el autor realmente estudió las materias de las que habla.
C -Uso analógico: Es difícil creer que,
para explicar algo relativamente sencillo, uno establezca analogías con una
materia desconocida por la mayoría, como la física cuántica. Las analogías se
establecen de lo más complejo a lo más sencillo, para que el lector pueda
comprender lo complejo mediante la comprensión inmediata de lo simple. Si
alguien explica la evolución de las especies como un árbol que se va
ramificando, todos lo entendemos; todos sabemos qué es un árbol. Pero sería
difícil –por no decir inútil- explicar la ramificación de un árbol – a alguien
que nunca lo vio- exponiendo la diversificación de las especies en la teoría
evolutiva. Los posmodernistas hacen exactamente eso, aunque a veces no explican
nada.
D- Uso “literario”: Nadie que haya leído
literatura puede creer en este uso: los textos posmodernistas son en general
horribles e incomprensibles –al final hay algunos ejemplos. Si su abuso verbal
tiene la función poética, debemos acordar que se trata del más abominable
género literario jamás inventado.
Algunos abusos queridos:
Entre los abusos
más queridos de conceptos científicos está el Teorema de Godel, la Teoría del
Caos, el Principio de Incertidumbre, la mecánica cuántica en general, las
matemáticas y la física relativista. Casi siempre la referencia a estas ideas
es innecesaria, o simplemente no tiene sentido.
Ejemplos:
Jean Baudrillard
Dijo que la guerra de Irak no tuvo lugar, que
se dio en un espacio no-euclidiano. ¿Suena bien, no? Después de todo, los
espacios no-euclidianos corresponden a las matemáticas y a la geometría –algo
no muy conocido por el público en general. El problema es que los espacios no
euclidianos no existen –tampoco los espacios euclidianos. Son ficciones
teóricas inventadas por matemáticos, muy útiles, pero que nada tienen que ver
con el espacio real de Irak. Tampoco mi último cumpleaños se dio en un espacio
euclidiano o no euclidiano. Es equivalente a decir que la guerra de Irak no se
dio en la Atlántida, o en la Tierra de los Hobbits. ¿Qué quería decir
Baudrillard? Acaso nadie lo sabe. Ni siquiera él mismo.
Gilles Deleuze
Deleuze es notable,
empezó su carrera con un libro de matemáticas en el que criticaba la noción de
límite, propuso una solución que tenía 200 años de antigüedad, y que además,
era errónea. Era difícil superarse en el arte de hablar sin saber y cometer
errores ridículos, pero Deleuze lo logró.
En su texto rizoma
habla de los rizomas, apilando analogías arbitrarias e ilegibles entre estos
tallos modificados y la sociedad. Es tan arbitrario, que utiliza una definición
vieja e inexacta de la palabra rizoma.
Bruno Latour
Cuando un grupo de
científicos descubrieron que el faraón Ramsés II murió de tuberculosis, Latour
se burló de esto, y se preguntó “¿Cómo pudo fallecer a causa de un bacilo que Robert Koch
descubrió en 1882?”
La tuberculosis es producida por el bacillo de Koch,
descubierto en 1882, y Ramsés murió en el año de 1213 antes de la era vulgar o
cristiana.
Por mera lógica, lo
único que se puede descubrir es algo que ya existía. Pero Latour es tan idiota
que confunde el descubrimiento de algo, con la invención, y confunde el nombre
de las cosas, con las cosas. Si Latour entrara a un bar y pidiera una cerveza,
le daría lo mismo que le llevaran una, o que simplemente escribieran “cerveza”
en un papel y se lo dieran.
La circulación de
la sangre fue descubierta en el siglo XVI, por Harvey y Servet ; según Latour,
es probable que la sangre no circulara en nuestros cuerpos antes de esa fecha.
Jacques Lacan
El caso de Lacan es
notable, pues habla sin saber sobre topología, lógica, matemáticas, geometría,
etc. ; sus escritos están llenos de contradicciones, citas irrelevantes,
metáforas, palabras de significado oscilante y
juegos de palabras.
Confunde números
imaginarios con irracionales en “En La instancia de la letra en el
inconsciente”, e interpreta el famoso
esquema de Saussure de la manera que ya veremos.
Significante
_________________
Significado
El esquema de
Saussure corresponde a las partes de la palabra o signo lingüístico, en
lingüística: el significante sería, por ejemplo, el sonido “perro”, y el
significado la imagen mental de un perro. La barra no significa nada; es un
elemento del esquema para separar los dos conceptos, y puede cambiarse por una
coma, una flecha, una barra, un guión, etc.
Lacan, sin embargo,
nos dice que la barra sí tiene un significado, y nos quiere enseñar a leer (a
leer mal):
“Se lee así:
significante sobre significado, el “sobre” responde a la barra que separa sus
dos etapas”. Y luego, continúa: “significante y
significado cómo órdenes distintos y separados inicialmente por una
barrera resistente a la significación.”
No significa nada,
no es una “barrera”, y no se lee “sobre”. No están separados por nada; Lacan
interpreta la barra como un niño pequeño interpretaría el acento circunflejo
(ô) como si fuera un sombrerito.
En otro texto
(Subversión del sujeto y dialéctica del deseo), animado por el éxito que
cosechaba con sus absurdos, Lacan va aún más lejos, y nos dice que la barra es
una barra de división o fracción, que nos puede servir para dividir:
“De donde resulta
que al calcular ésta, según el álgebra que utilizamos, a saber:
S (significante)
------------------ =
s (el enunciado), con S= (raíz cuadrada de - 1),
s (significado)
tenemos: s= raíz cuadrada de- 1.
Es lo que falta al
sujeto para pensarse agotado por su cogito, a saber lo que es impensable. ¿Pero
de dónde proviene ese ser que aparece como faltando en el mar de los nombres propios?
Es así como el
órgano eréctil viene a simbolizar el sitio del goce, no en cuanto él mismo, ni
siquiera en cuanto imagen, sino en cuanto parte faltante de la imagen deseada:
por eso es igualable a la raíz cuadrada de – 1 de la significación más arriba
producida…”
En efecto, Lacan
nos está diciendo que el pene es equivalente a un número imaginario (la raíz
cuadrada de -1), y nos lo “demuestra” dividiendo dos palabras de un esquema.
Ante el esquema
clásico de la comunicación:
¿Sería lícito decir que ambos están en una caja que representa su
aislamiento, su incomunicación, etc. y desarrollar una teoría sobre estas
divagaciones?
Las arbitrariedades
de Lacan son casi tan asombrosas como las contorsiones mentales de sus discípulos
que, con ánimo de sectarios, tienden a justificar todo lo que el Maestro dijo,
ya recurriendo a oscuridades aun más sombrías, o disculpándolo con la excusa de
la analogía, o de la genialidad. En realidad, Lacan era una especie sofisticada
de estafador. Los psicoanalistas lacanianos siguen hablando de “Sujeto
Barrado”, avalando la interpretación mágica e infantil del esquema de Saussure
que les legó su profeta, Jacques Lacan.
Pensamiento débil (o flojo)
Es un concepto
acuñado por Gianni Váttimo, y se refiere a “la libertad de interpretación no sujeta a una lógica”.
En otras palabras, es la opinología. No importan mucho
las fuentes, o el estudio. Es sólo cuestión de hablar, vender libros y dar conferencias.
La comprobación no importa. Se contrapone al “pensamiento fuerte” de la
ciencia, en donde las afirmaciones deben probarse, la lógica debe respetarse, y
usualmente no vende mucho: en definitiva, es más difícil.
Relativismo (o Caos)
El relativismo supuestamente salvaguarda la
subjetividad y protege las particularidades,
además de ser esencialmente democrático.
El problema
principal es que la realidad no es democrática y no le importan nuestras
opiniones. La gravedad seguirá siendo la misma aún si todos votamos en contra.
Nos podemos preguntar también de qué modo se
salvaguarda la subjetividad de una mujer a la que se desfigura con ácido, o la
de las muchas personas que viven bajo gobiernos tiránicos en África, Asia,
etc., algo que para un relativista es aceptable.
El relativismo permite también que todos tengan razón,
desde su perspectiva, lo que es equivalente a decir que nadie la tiene, y que
la verdad no existe. En la práctica, esto puede tener graves consecuencias.
Supongamos dos personas con cáncer: una acude al médico e inicia su tratamiento
de radio o quimioterapia. La otra, come gorgojos, “alcaliniza” su dieta, reza,
y ve a un homeópata. Para el relativismo, los dos tienen razón; la única
diferencia es que uno de ellos estará muerto antes de que pase un año (pero,
para el relativismo, seguirá teniendo razón).
Para un relativista da lo mismo estudiar 10 años la
física, que simplemente sentarse e inventar las leyes del universo.
Es verdad que cada uno puede pensar lo que quiere
–aunque sean estupideces- pero esas ideas empiezan a tener diferente valor ya
por su contenido lógico, o ya por sus consecuencias prácticas. Yo puedo pensar
que soy millonario, por ejemplo, pero tendré serios problemas con la ley si voy
un día al banco a reclamar los millones que sólo existen en mi mente.
Desde un punto de vista lógico, el relativismo es
inútil, pues si pretende que “todas las proposiciones son igualmente válidas”, entonces la proposición contraria
“todas las proposiciones no son igualmente válidas” es igual de válida, o el
relativismo es falso.
Textualismo
El textualismo propone que todo es, en definitiva,
texto, y lo único que podemos hacer es interpretarlo –y toda interpretación es
válida.
Más allá de la obviedad de que el conocimiento circula habitualmente
en forma de textos, el conocimiento científico no es interpretable de más de
una manera, y ciertamente, tampoco en la vida cotidiana interpretamos
libremente. Si esto fuera verdad, la comunicación sería casi imposible –ya es
bastante difícil- pues yo podría interpretar “no” como “sí”.
El textualismo es algo así como aplicar la crítica
literaria a cualquier cosa, menos a la literatura.
Poder y conocimiento
Según los
posmodernistas, el conocimiento no depende tanto de su grado de verdad, sino de
cuestiones políticas y económicas. Es como si hubiera una conspiración de
gobiernos para hacernos creer que el fuego quema, y que el hielo da frío.
Hay numerosos
casos en la historia de conocimiento entorpecido por las autoridades, como el
caso de Copérnico y la Iglesia Católica, Galileo y la Iglesia Católica, Darwin
y la Iglesia Católica, etc. Pero el resultado final siempre fue el triunfo de
la verdad sobre las conveniencias de un grupo de poder.
Los
posmodernistas van más lejos, y suponen que la ciencia misma es un grupo de
poder, y ejerce una hegemonía, una suerte de dominación sobre todos, acallando
el pensamiento mítico, las religiones, y la invención de idioteces a las que se
entregaba la humanidad en tiempos de mayor ignorancia.
Se basan en
parte en las tesis de Kuhn, que creía demostrar que las teorías se adoptaban
por razones políticas y sociales antes que por su poder explicativo, y
posteriormente en Feyerabend, quien suponía que daba lo mismo la invención
mítica que la investigación científica, simplemente porque ambas teorías, al
tener un lenguaje diferente y conceptos diferentes, no podían compararse y, en
consecuencia, no se podía elegir entre ellas: y –una vez más- las dos eran
igual de válidas.
Sin embargo, sí
se pueden comparar, especialmente desde la práctica, y en esa comparación
siempre sale victoriosa la ciencia, que se revela más coherente, demostrable,
lógica y útil que la descontrolada invención
de mitos y leyendas, que además de su incoherencia general, no dio como
resultado ningún nuevo conocimiento ni nueva tecnología en toda su historia –y
tuvieron miles de años para hacerlo.
Esa pretendida
“hegemonía científica” la cuestionaba también Foucault, quien apoyó alegremente
el golpe de estado teocrático en Irán que culminó con la subida al poder del
Ayatolá Jomeini en 1979, quien restauró la durísima ley islámica, y favoreció
el terrorismo. Foucault –y otros- también firmó en 1977 una petición para
legalizar la pedofilia.
Heidegger, otro
reconocido antecedente del irracionalismo posmodernista, era miembro del
partido Nazi y presidía quemas de libros en la Universidad de la que era
rector.
Escritos arbitrarios.
Hay en la red un generador de posmodernismo: es un programa que mezcla aleatoriamente proposiciones científicas, citas de otros posmodernos, y da como resultado un texto posmodernista. Reitero, es un programa…
Así de fácil es.
Éste es el enlace: http://www.elsewhere.org/pomo/
He aquí algunos
ejemplos de monstruosidades verbales
posmodernistas:
1-
“En
primer lugar, las singularidades-sucesos corresponden a series heterogéneas que
se organizan en un sistema ni estable ni inestable, sino «metaestable», dotado
de una energía potencial en la que se distribuyen las diferencias entre
series.”
(Gilles Deleuze, Lógica
del sentido).
2-
“La existencia, como proceso de
desterritorialización, es una operación intermaquinal específica que se
superpone al fomento de intensidades existenciales singularizadas. Y,repito, no
existe ninguna sintaxis generalizada de esas desterritorializaciones. La
existencia no es dialéctica ni representable. ¡A duras penas es vivible!”
(Félix Guattari, Caosmosis).
3-
“Lo
que se realiza en mi historia no es el pretérito-definido de lo que fue, puesto
que ya no es, ni siquiera el perfecto de lo que ha sido en lo que yo soy, sino
el futuro anterior de lo que yo habré sido para lo que estoy llegando a ser”.
(Jacques Lacan, Función y campo de la
palabra).
4-
“En
nuestro espacio no euclidiano de finales de siglo, una curvatura maléfica
desvía invenciblemente todas las trayectorias. Ligada, sin duda alguna, a la
esfericidad del tiempo (visible en el horizonte de finales de siglo como la de
la tierra en el horizonte al caer el día) o a la sutil distorsión del campo
gravitacional. Debido a esta retroversión de la historia hacia el infinito, a
esta curvatura hiperbólica, el mismo siglo escapa a su propio fin.”
(Jean Baudrillard, La
guerra del Golfo no tuvo lugar).
5-
“Un concepto predominante en la obra
de Tarantino es la sexualidad dialéctica. Ese nihilismo post-cultural sostiene
una realidad fundamentalmente elitista. Sin embargo, Bataille ya había usado
con anterioridad el término de teoría
neoestructuralista textual’ para denotar ese todo dialéctico.”
(The posmodernism generator, El Paradigma cultural de la narrativa,
el objetivismo, y el capitalismo textual).
1.
“Propongo el término sub-servilismo,
para referirnos no a lo que el servilismo es, en acto, sino a sus
características premateriales que sólo pueden dialectizarse en su concreción
textual-discursiva. La tecnociencia actual, en su fáustica desiderata de
desambiguar al sujeto que, ya lo había observado Lacan, es una carencia antes
que una efectivización óntica, corre el riesgo de de-deconstruirlo, como un
fractal infinito que se doblara sobre su centro. La física cúantica nos enseña
que la existencialidad de los fenómenos no estaría totalmente radicalizada en
un plano lineal, identificable con las expectativas del operacionalismo, sino
en un espacio-perceptivo-topológico n-dimensional .”
(Yo, Mauro Lirussi, La relación proto-simbiótica entre la tecnociencia
y la opresión en la transculturalidad
globalizada).
Bibliografía mínima
Bibliografía mínima
*Imposturas intelectuales, de Alan Sokal y
Jean Bricmont.*Las pseudociencias, Vaya timo, de Mario Bunge
Nota por: Mauro Lirussi
Nota por: Mauro Lirussi
Escándalo Sokal
El Postmodernismo al descubierto
Para seguir ilustrando lo que es el posmodernismo, sería interesante comentar un poco lo que fue el famoso “escándalo Sokal”.
Alan Sokal es un físico y matemático estadounidense, ha publicado centenar de artículos científicos y es coautor del polémico libro “Imposturas intelectuales”, entre otros.
El escándalo resulta en que, en 1996, Sokal envió un artículo suyo a una revista postmoderna de estudios culturales; Social Text.
Lejos de ser un admirador de la revista y sus publicaciones, Sokal estaba seguro de que dicha revista de humanidades publicaba cualquier sinsentido que se le presentase mientras suene bien y apoye los prejuicios ideológicos de los editores, que iban contra las ciencias exactas.
Así que Sokal pretendió exponerlos… y lo logró. En su artículo pseudocientífico, expuso un conjunto de sinsentidos convencido de que cumpliendo los requisitos expuestos, el texto por mas irracional y absurdo que fuere, sería bien recibido, y así lo fue.
El artículo, titulado Transgressing the Boundaries: Towards a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity («La transgresión de las fronteras: hacia una hermenéutica transformativa de la gravedad cuántica»), se publicó en el número de primavera/verano de 1996 de Social Text. Sostenía la absurda tesis de que la gravedad cuántica era un constructo social; es decir, que la gravedad existe sólo porque la sociedad se comporta como si existiera, por lo tanto si no creyéramos en ella no nos afectaría. A instantes de su publicación… Sokal anunciaba en otra revista, Lingua Franca, que el artículo era un engaño, citando, entre otros, a Noam Chomsky para plantear que las ciencias sociales no siempre basan sus trabajos en la razón. Sokal sostuvo que la motivación de su broma fue «defender a la izquierda de un segmento de sí misma muy de moda»
Esto causó un escándalo académico en la Universidad de Duke, entidad que publicaba Social Text. Sokal dijo que su artículo era «un pastiche de jerga postmodernista, reseñas aduladoras, citas grandilocuentes fuera de contexto y un rotundo sinsentido», que se «apoyaba en las citas más estúpidas que había podido encontrar sobre matemáticas y físicas» hechas por universitarios genéricamente llamados 'postmodernos' de humanidades”.
Esto una vez más demuestra lo fácil del postmodernismo. “Habla difícil y los incautos lo tomaran por profundo”
Estupenda descripción del nefasto posmodernismo. Interesantísima lectura.
ResponderEliminarUn par de errores detectados, seguramente debidos al corrector ortográfico:
- La primera cita a Lacan se ha puesto con acento en la "a" final.
- También hay una cita a Latour de una manera incorrecta ("La Tour"), excepto que sea un juego de palabras.
Una objeción final: La desigualdad de Heisenberg, o "Principio de Indeterminación" no debería citarse como "Principio de Incertidumbre". Aunque este última denominación sea quizá la más popular, no es correcto citar así el principio, puesto que introduce un elemento subjetivo, incertidumbre en lugar de indeterminación. Además, en las fuentes originales no se citó de esta manera.
Saludos.
Muchas gracias, corrijo todo.
EliminarMediante la critica nos construimos